Comienza el camino, el largo camino hacia Madrid. Los hay jóvenes que nunca habían vivido algo así, quizás en el recuerdo de sus padres en el 92, o quizás de las historias familiares. Otros han enterrado compañeros en el duro trabajo de la mina, han vivido distintas huelgas y luchas. Todos juntos marchan con un único objetivo derrotar la soberbia de un gobierno neoliberal. Todos estamos pendientes de ellos, porque son la llama viva de la esperanza de que aún hay capacidad de lucha obrera.
En las minas dejan a compañeros encerrados en lo profundo del pozo, compañeros que han decidido simbolizar la lucha hasta sus últimas consecuencias. Ambos, los que marchan o los que están encerrados necesitan saber que cuentan con el apoyo de la mayoría social, saber que su lucha es alentada por cientos de miles de trabajadores, y ese es el trabajo de miles de personas que estamos en la retaguardia. Tienen que llegar todos los mensajes a los mineros encerrados, tenemos que dedicar un día a caminar con los mineros de apoyo, de ayuda psicológica. Lo pueblos del camino tienen que volcarse con los mineros, y la suma de voces desde todos esos pueblos tiene que escucharse bien alta y clara en Madrid.
El día 11 de julio, Madrid tiene que estar invadido por los obreros de todos los sectores recibiendo a los compañeros en su entrada en Madrid, y el Congreso debe escuchar el grito rotundo, contundente, de la mayoría social pidiendo solución a la minería.
En las minas dejan a compañeros encerrados en lo profundo del pozo, compañeros que han decidido simbolizar la lucha hasta sus últimas consecuencias. Ambos, los que marchan o los que están encerrados necesitan saber que cuentan con el apoyo de la mayoría social, saber que su lucha es alentada por cientos de miles de trabajadores, y ese es el trabajo de miles de personas que estamos en la retaguardia. Tienen que llegar todos los mensajes a los mineros encerrados, tenemos que dedicar un día a caminar con los mineros de apoyo, de ayuda psicológica. Lo pueblos del camino tienen que volcarse con los mineros, y la suma de voces desde todos esos pueblos tiene que escucharse bien alta y clara en Madrid.
El día 11 de julio, Madrid tiene que estar invadido por los obreros de todos los sectores recibiendo a los compañeros en su entrada en Madrid, y el Congreso debe escuchar el grito rotundo, contundente, de la mayoría social pidiendo solución a la minería.
CAMINAMOS TODOS HACIA MADRID. PORQUE EN ESTA MARCHA NOS JUGAMOS MUCHAS COSAS LA MAYORÍA SOCIAL.
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