Quiero hoy ondear la bandera azul de una Asturias que se alza en lucha, la roja de un colectivo, el de los mineros, que defienden a sangre y fuego, no solo su futuro, sino el de la supervivencia del carbón es Asturias, el del futuro de sus comarcas, el de muchos asturianos que no siendo mineros viven de que exista o no explotaciones mineras. Los partidos políticos, la Unión europea dicen que NO al futuro del carbón asturiano, los científicos dicen SI al carbón usado con fines tecnológicos o como reservas estratégicas de energía tratado adecuadamente para evitar las emisiones de CO2. A la Unión Europea no le interesa que produzca Asturias carbón prefiere que lo hagan otras regiones de Europa, por tanto su decisión esta corrompida por el interés político que no por el estratégico, y una vez más quieren que Asturias liquide uno de sus sectores estratégicos, como ya ha sido obligada a liquidar otros tantos como el naval, el textil, las ganaderías. (por mencionar algunos).
El cierre de las minas asturianas es el toque de gracia para rematar el futuro de Asturias, nada queda ya que hacer en Asturias más que el sector servicios, porque no se ha creado un tejido industrial alternativo. La economía asturiana ha estado sostenida en las últimas tres décadas por los prejubilados (muchos de ellos mineros) que mantenían el consumo. Mañana día de huelga general en las comarcas mineras, la ciudadanía debería de tenerlo claro, no deberían hacer falta ni piquetes, porque si se cierran las minas, si se van muriendo los mineros que ya están jubilados ¿de qué van a vivir esas cuencas? Y si las grandes superficies deciden abrir, si algún comercio decide levantar la persiana ya deberían saber que hacer los ciudadanos, no comprar ni un solo producto de ese establecimiento jamás, porque ellos no han sido solidarios con los nuestros, con los que están en lucha, con los que libran una batalla titánica no solo por el carbón, la libran por el futuro de Asturias, deberíamos estar todos en las calles ayudando a cortar carreteras, autovías, vías de tren, porque somos muchos los que nos hemos ido de Asturias a buscar mejor suerte, mejor fortuna. Miles de jóvenes están fuera, y la lucha minera es la llama que debería encender el espíritu del resto de asturianos, porque en juego hay mucho más que el carbón.
Los sindicatos mineros están dando un ejemplo espectacular de lucha obrera, en mitad de una España adormecida. Los políticos estos de bajo nivel nos engañan una y otra vez con la economía, ahora rescatan a los bancos, pero sin que los bancos pongan liquidez para la ciudadanía, simplemente les vamos a salvar el culo, y detrás del rescate no tardando mucho llegará la intervención de España. Y parece que estamos muertos, convocamos una manifestación aquí otra allá, un día de huelga y parece que el expediente sindical ha quedado cubierto. Por eso es tan fundamental para el Gobierno, con la complicidad de los medios de comunicación, criminalizar el conflicto, vender que los mineros actúan como la Kale Borroka, que se hace terrorismo sindical. Porque si esta lucha prende y se unen más colectivos, más sectores en España corren el peligro de que de nuevo se establezca la solidaridad obrera, la lucha de clases, donde los especuladores, los ladrones de nuestra economía, los analistas financieros, los mercados tengan que salir por patas de esta nuestra tierra. Y donde establecer un gobierno que defienda a la mayoría social, y se dedique a reconstruir el Estado de Bienestar fundamental para esa mayoría, y ahora puesto en cuestión por los mercados y la Europa de los capitales.
El conflicto minero asturiano debe ser un revolcón a nuestras conciencias aburguesadas por los años, de que somos obreros (aunque algunos lleven traje y corbata) y que somos los obreros lo únicos capaces de plantar cara al recorte en derechos y libertades conseguidas por tantas y tantas luchas de la clase obrera.
Hoy más que nunca me siento asturiano, hoy más que nunca me siento minero. SUERTE COMPAÑEROS, LA LUCHA CONTINUA HASTA LA VICTORIA
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