43 millones de GRACIAS

Ya he entrado en el número 43 de mi vida. Hace justo 43 años mi madre (bendita sea) estaba a punto de dejarme asomar la cabeza al mundo. Fue en un pueblo de Asturias, de la cuenca minera (tan de moda estos días por el conflicto minero), en Ujo (Mieres). Nací en casa de mis abuelos (los padres de mi madre), en la habitación que ahora es el salón, en la que estuvo de cuerpo presente mi abuelo, en la que si me traslado mentalmente a ella me vienen miles y miles de recuerdos de toda una vida, donde Ujo fue una parte fundamental.

Mi vida está llena de nombres propios, cada uno de ellos ha dejado en mi corazón miles de momentos, algunos llenos de felicidad, otros de tristeza, algunos vitales, otros intrascendentes, pero soy lo que soy gracias a todos y cada uno de los que habéis pasado por mí. 

GRACIAS a los que me habéis dañado, a los que me habéis amado, a los que os soy indiferente, para los que soy fundamental, a los que habéis llorado conmigo, a los que me habéis arrancado una carcajada, con los que me he enamorado, a los que me han educado, a los que me han cegado, a los que me habéis mostrado la grandeza de la vida. A los que habéis hecho que dude de la vida, a los que me habéis arrancando la ingenuidad, a los que me habéis dañado, a los que lo me disteis todo y yo no supe daros lo que esperabais de mi, a los que ayude o me ayudaron a entender lo que no era capaz de entender, a los que siempre estáis pendientes, a los que trabajáis conmigo, a los que os parezco luz o a los que no me podéis ni ver. A todos GRACIAS.

GRACIAS a los que me habéis dado la vida, mi padre y mi madre, dos seres maravillosos. A mi hermano y su mujer, a mi pareja, a mi abuela, a mi familia, a mis amigos íntimos, a mis amigos, a mis compañeros de trabajo, a los del sindicato, a los del partido, a los que fueron simplemente vecinos, o no siendo familia fueron o son más que familia. A los jesuitas que me formaron, a los sindicalistas que fueron ejemplo para mi, a los militantes de tantas causas que me enseñasteis que es un compromiso de verdad.

GRACIAS a los que habéis estado cuando no veía el sol, y a los que me habéis acompañado en esta nueva etapa en Madrid, gracias a los que convivisteis conmigo en Asturias, o en Galicia, o en Barcelona, o cualquiera de los sitios en los que he estado. 

43 millones de gracias a cada uno y a todos a la vez. Eso es mi fiesta, sentir como siento en este instante la intensidad completa de vuestra presencia, el calor de vuestra cercanía. Con alguno de vosotros quizás hace tiempo que no hablo pero siento vuestra mano, vuestro apoyo, vuestro cariño, y los que estáis ahí ahora, que deciros que no sepáis, que vivo con intensidad porque me alimento de vuestra energía, esa que me dais. Y a los que no estáis porque estáis en un lugar que no comprendemos ni entendemos, que os habéis ido antes de lo que nos gustaría, Gracias.

GRACIAS, de verdad, de corazón, sinceramente. GRACIAS por llenar tantos huecos, tantos momentos, tantas vivencias, tantas estancias de mi corazón, de mi alma, de mi ser. GRACIAS por decirme la verdad aunque duela, GRACIAS por sostenerme cuando me caía al suelo, y sobre todo GRACIAS por dejarme caer, porque esa es la única forma de sentir el dolor que te hace levantarte y seguir luchando. GRACIAS por haber dibujado conmigo las palabras, AMOR, AMISTAD, CONFIANZA, CARIÑO, FE, FELICIDAD, COMPROMISO, HOGAR, PAZ, SOSIEGO, GOCE, COMPROMISO, PAREJA, FAMILIA, HERMANO, SEXUALIDAD, INTENSIDAD, LUCHA, IGUALDAD, RADIO, TELEVISION, PARTIDO, ALEGRIA, SONRISA, ODIO, LAGRIMA, DUDA, DOLOR, MIEDO, CAMINO, RECOMPENSA, DESCANSO, DIOS, LIBERTAD, SANGRE, MUERTE, LOCURA, MUSICA, LIBRO. 

A pocas horas de los 43 déjame gritar contigo GRACIAS, esa la mejor forma de celebrar mi cumpleaños.

(Me he permitido tomar el texto del año pasado porque sigo sintiendo con la misma intensidad cada una de las palabras, cada una de las emociones).